Cotraport llama la atención, una vez más, sobre el grave quebranto económico que supone la obligatoriedad de asumir los desvíos planteados y alerta sobre la generalización de una medida que debería ser extraordinaria y siempre gratuita y voluntaria.
Cotraport denuncia la entrada en vigor de los desvíos obligatorios desde la N-340 y la N-232 a las autopistas AP-7 y AP-2, aprobado por el Servicio Catalán de Tránsito, supone un nuevo revés al transporte por carretera que vuelve a incidir sobre los márgenes de beneficio de un sector permanentemente acosado por factores externos que perjudican el normal desarrollo de la actividad.
Desde Cotraport, no se produce un rechazo absoluto, pero se reclama la gratuidad de estos, algo que todavía puede asumirse, dado que la medida se encuentra a expensas de la publicación por parte de Fomento, de las ayudas destinadas a estos desvíos.
Del mismo modo, se alerta sobre el inicio de un proceso que puede generalizarse bajo la excusa de la siniestralidad y que puede llevar a los transportistas a una grave situaciones de indefensión